07 febrero 2008

Jai guru de va om

Estamos de luto.Este martes ha pasado a mejor vida el Maharishi Mahesh Yogi, un tío bajito, gordito, con greñas y un morro a considerar, que, durante una buena temporada, subyugó al grupo de pop más famoso de la historia [perdonen los puristas seguidores del pop de segunda o quinta división que estemos hablando de los Beatles].
Aunque la prensa oficial no se detiene estos días de obituario en los detalles, el Maharishi, rodado en la escuela de (búscate) la vida desde los años 50, tenía un fino olfato para los negocios. No en vano ya se había hecho en 1965 con el 50% de los Doors (John Densmore y Ray Manzarek).
En febrero del 68, los Fab Four, sus señoras y algunos acompañantes -entre ellos, Donovan y las hermanas Mia y Prudence Farrow-, se establecieron en la Academia de Meditación Trascendental del Maharishi en Rishikesh (La India). Allí pasaron varios meses todos juntos siguiendo un curso de meditación a golpe de mantras y poniéndose hasta arriba de todo, y componiendo, esto es cierto, un buen puñado de buena música que constituye el grueso de lo que hoy se conoce como White album. El peje, al que no se le pasaba por alto el potencial que tenía el cuarteto de Liverpool, ganó adeptos a mansalva para sus “técnicas” piadosas y pacifistas y, de paso, se hizo rico.
Los Beatles, ya moscas con el componente mercantilista del gurú hindú, se rebotaron del todo cuando a éste, en un arrebato, le dio por meterle mano a la ex de Woody Allen. Ahí, así, acabó el idilio Beatles-Maharishi. La Sexy Sadie de la que habla la canción homónima del Álbum blanco no es sino el libidinoso yogui que hizo de la meditación una empresa. Por cierto, Dear Prudence, otra de las canciones, habla de la hermana de Mia, que, al ser tanta su necesidad de meditación, se pasaba los días recluida en su cuarto.
Sea como fuere, The Beatles ya andaban hacía mucho -Rubber soul- en pos de la mística oriental y los sonidos envolventes del sitar, cuando, en 1967, llevados por el empuje de Miss Harrison (luego ésta abandonaría al místico Harrison por Eric “Slowhand” Clapton, pero esta es otra historia), se encontraron por primera vez con Sexy Sadie en un hotel de Londres. Vale la pena ahora, aprovechando la coyuntura, recordar el apartado místico-orientalizante de su música, que tan bien ha aguantado el paso del tiempo:



Discover The Beatles!


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