Poca gente tan cercana en los últimos años como Carlo Maria Cipolla. Cuando llegué a Italia en 2001 ni sabía de su existencia, pero la había tenido. Había muerto un año antes, a los 78 años. Nacido en Pavía, fue un economista notable y particular, pues llegó a ser catedrático en Berkeley en historia de la economía, sin dejar de mostrar más interés por las causas socioeconómicas del mundo que vivió que por otras cuestiones más prosaicas y afines a su disciplina. Cuando unos amigos me regalaron su Allegro ma non troppo (1988), habían pasado 15 años desde su publicación, pero su vigencia estaba intacta. Como hoy lo sigue estando, y como seguro lo estaría dentro de 40 años, si la humanidad durara para entonces -que no creo-.
Allegro… incluía el ensayo Le leggi fondamentali della stupidità umana, teoría scherzosa y magistral que pone al descubierto las cuatro clases de persona que en el mundo existen: sprovveduti, intelligenti, banditi y stupidi, siendo ésta, aun careciendo de capi e infraestructura, más destructiva que la ‘ndrangheta y de una extraordinaria eficacia en su cometido. A partir de la consideración de 2 variables (beneficios y pérdidas que un individuo se causa a sí mismo o que causa a los demás), establece sus leyes:
1. Cada uno de nosotros, siempre e inevitablemente, sobrevalora el número de estúpidos que nos rodea.
2. La probabilidad de que alguien sea estúpido es independiente de cualquier otra característica de esa misma persona.
3. Un estúpido es quien hace daño a otra persona o grupo de personas sin obtener ninguna ganancia para sí, o incluso sufriendo pérdidas.
4. Las personas no estúpidas infravaloran siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas.
5. El estúpido es más peligroso que el malvado.
Lo mejor es leerlo, porque no tiene desperdicio. En español el ensayo está completo (suprimo, para no hacer más sangre, un apéndice con cuatro gráficos destinados a ubicar en el sitio correcto a la gente que nos rodea y, de ahí, a fijar una estrategia a seguir). En italiano solo he encontrado un pequeño resumen, que nos permite conocer las ideas esenciales de Cipolla, aunque no su lúcida argumentación y su fina ironía.
Para quienes quieran profundizar en la estupidez, se pueden consultar otros materiales.
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