08 marzo 2008

Jornada de reflexión: el gallinero se mira el ombligo

Qué más da que la nada fuera nada

si más nada será, después de todo,

después de tanto todo para nada.

José Hierro (hace 10 años)

Ya me dirán ustedes si no es éste un mundo narcótico. Primero tuve que digerir que fueran esos cojoneros del Pepé los que pidieran, como yo, la abolición del canon digital y la abstención en las próximas elecciones generales. Después, que una caterva de miserables con acné hicieran otro tanto, aunque al final haya optado, no por el voto en blanco, sino por el voto en negro luto traicionero. Y, en medio de todo ello o de la nada, la dolorosa puñalada a la esperanza de todos los socioslistos talantosos.

Así que ya me dirán ustedes, digo, representados en el gran José M. Hierro, mi único lector allá en su limbo, si no me lucí al subtitular este su blog Mundo Narcótico. Y en cuanto a lo de Fulastrong, qué les voy a contar: una palabra que no existía en ninguna lengua del mundo hasta que yo la inventé. Y eso, hasta entonces, sólo lo había hecho dios.

03 marzo 2008

Escuela de periodismo

Qué tiempos aquellos en los que el progre, luciente honor del cielo, El País bajo el brazo, en la oreja un porrillo, y el sol todos los rayos de su pelo, miraba por encima del hombro al analfabestia lector del Marca. Pero como todo lo que se acaba tiene su fin, acaso el periodismo, hoy, sea ya otra cosa. Para qué darle más vueltas.
Esta mañana, café en mano, me dispongo a leer en El País la crónica del último partido de Gasol y, como a mí lo que me pone son las estadísticas, me veo en la obligación de migrar al Marca a ver si están allí. Y estaban. Estaban, y ésa era, en la práctica, la única diferencia entre ambas crónicas. Y alucine el que quiera, como yo aluciné en mi ingenuidad, ¡porque eran idénticas! Arracaban ambas como narraciones diferentes. Decían lo mismo, sí, pero cada una a su modo. Sin embargo, la diferencia fue haciéndose cada vez menor: las frases eran cada vez más similares formalmente, y, al poco, la diferencia sólo estaba en la distinta delimitación de los párrafos y en la inclusión de algún que otro inciso. Poco más adelante, cuando semejante ejercicio de creación apenas cruzaba su ecuador, ambas manifestaciones del periodismo contemporáneo terminaron por ser absolutamente idénticas en todo: puntuación, sintaxis, léxico, estilo…
¿Por qué en los primeros párrafos el redactor se toma la molestia de camuflar el plagio? ¿para escaparse de los buscadores? ¿alguien estaba en la obligación de sacar la noticia de un partido que había tenido lugar cuando la redacción estaba ya cerrada?
En fin, juzguen ustedes mismos, piensen lo que quieran: el cuerpo del delito.

01 marzo 2008

El voto inútil

Sé que carezco de sentido del humor, pero, aun así, creo que la patochada puede tener resultados dramáticos para el futuro de la especia humana. Y no me hace puta gracia, la verdad. Tengo hijos.
Las puestas en escena de la política al modo americano han calado bien hondo en esta Europa que apoya y no la independencia de Kosovo según les salga o no de sus partes a sus miembros. Lo nuestro no es el caucus de Obama y Clinton, sino el mitin al modo nasioná de Pepe y Mariano. Sin embargo, el show está garantizado de igual modo: dos se ponen a platicar de cosas serias o de gilipolleces pobremente y todo el mundo al día siguiente, teledirigido por los medios, beberá los vientos por dar su opinión sobre un evento cuyo eco ya será vox populi más allá de las mismísimas y recurridas puertas de Tanhausser. Adereza este panorama un puñado de alternativos vocingleros con no muy buen expediente en educación para la ciudadanía y escasa generosidad, sea en el razonamiento o con el prójimo -lo mismo dan cardenales gallegos que políticas escuchimizadas-. Y hay todavía más: están la vulneración de los procedimientos, la arbitrariedad y la ligereza, un patrimonio en absoluto exclusivo de un bando en particular. Todo es lo mismo: políticos de laboratorio fieramente humanos.
Zaparrajo
¿Puede ofrecer, por tanto, soluciones este monstruo bicéfalo a los problemas de la gente? Pues, contrariamente a lo que podría esperarse, sí puede. Y no faltan ideas, no. La Navidad pasada, por ejemplo, el ayuntamiento de mi pueblo tuvo una loable iniciativa: hacer un roscón de Reyes de más de 100 metros, endulzando así el amargo panorama del cada vez más enladrillado litoral onubense y saliendo de paso, objetivo número uno, en los periódicos (eso es cultura: debo reconocer ante mi único lector que yo, de niño, no tenía ni idea de qué era un roscón, fuera de reyes o plebeyos). Y no ha sido menos brillante la ocurrencia reciente, de cara a las próximas elecciones generales, de incluir a un inspirado Saramago en la nómina de luminarias fundacionales de la cultura patria: un Serrat que debió retirarse tras Mediterráneo, un Víctor Manuel del que habría que oír, allá en la mina, lo que piensa su abuelo, un Sabina que sepultó sine die la credibilidad de García Montero y una Ana Belén que… ¡bah! [Por cierto, ¿nadie ha caído en quién falta en el elenco?].
Así las cosas, no le veo ninguna utilidad al voto útil. ¿Para qué nos sirvió hace 4 años? Si la política se ocupa, como dice Muñoz Molina, de todo lo que no nos interesa verdaderamente, está claro que los políticos, éstos al menos, no nos sirven para nada. Lo que ya no me resulta tan sencillo es dar el siguiente paso: ¿abstención? ¿voto nulo? ¿voto en blanco? Tendremos que informarnos.