
Lo que hoy está ocurriendo en la Saghya l-Hamra era algo absolutamente esperable. En las últimas décadas, el apoyo de los estados a Marruecos ha sido persistente –especialmente constante el de Francia y España, y, por supuesto, el de Estados Unidos-, y Marruecos no se ha visto jamás forzado a modificar un ápice sus arbitrariedades ancestrales. Ni tan siquiera pasó nada cuando Driss Basri, ministro de Interior en los años de plomo, fue relegado de sus funciones por Mohammed VI –lo que supuso un hito en la creación de expectativas para el Maghreb l-Aqsa que rápidamente quedaron truncadas-. En lo que afecta particularmente a España, no es sólo que se haya apoyado a Marruecos a pesar de su rechazo al plan Baker en sus diferentes versiones, sino que se le ha armado hasta los dientes, lo mismo con el PP que con el PSOE. Este mismo año, España ha sido denunciada por diferentes organizaciones por la venta de armas. Las justificaciones esgrimidas por el gobierno, por boca de Silvia Iranzo, secretaria de estado de Comercio, se movieron entre el cinismo y la banalidad intencionada.

Por otra parte, hay otra perspectiva que no conviene desdeñar. Los gobiernos de Hassan II y, después, de su hijo han descontado durante decenios un significativo porcentaje del sueldo mensual de sus funcionarios para defender la marroquinidad del Sahara -al tiempo que se maquillan con tintes patrióticos el empobrecimiento generalizado de la gente y la desaparición de las clases medias-. En otras palabras: los marroquíes han pagado la integridad territorial con su dinero en cómodas (o no) cuotas mensuales. ¿A ver quién les dice ahora que el Sáhara no es suyo sin que haya un levantamiento popular?

¿No es a Marruecos a quien en primera instancia habría que condenar? Vale que la prensa va al bulto e ignora durante años éste y otros conflictos hasta que los ven estallar en youtube, vale que la actitud de todos los gobiernos españoles desde que el hoy rey era regente durante los acuerdos de Madrid ha sido bochornosa, vale que el gobierno Zapatero es el que más claro ha dejado que quiere que la anexión marroquí se consume del todo. Vale que no menos culpables son otros gobiernos, el francés de los vetos y el estadounidense desde que Kissinger financió la Marcha Verde, pero ojo, la represión la está llevando a cabo el Gobierno de Marruecos, la limpieza étnica a la palestina marginando laboral y económicamente a los saharauis la hace Rabat,es Marruecos quien está lanzando a sus colonos a la cacería del saharaui. Son soldados y policías marroquíes quienes disparan esas armas españolas.
ResponderEliminarVale. No estoy yo menos de acuerdo contigo que tú conmigo. ¿Cómo negar que quien dispara es quien dispara? Yo simplemente cargo las tintas en la prensa y el gobierno.
ResponderEliminarLa cuestión saharahui, por culpa de quienes en su momento no han hecho lo que se ha tenido que hacer, es hoy un tema complejísimo con una historia que se remonta a muchos siglos atrás. Existen tratados, acuerdos y hermandades seculares, viejas cartas geográficas y disquisiciones toponímicas, divisiones territoriales hoy ya borradas del mapa, peculiares formas de organización social -que incluyen las qabilas, unas unionistas y otras no- y ,claro, intereses económicos multilaterales que han ido esgrimiéndose de forma alambicada durante décadas en las mesas de negociaciones para nada.
Las cosas están hoy donde están y toca a la ONU tomar una determinación tajante y rápida, a los estados cumplirla y a la prensa -buena parte, creo, ignorante de la historia- denunciar, si ello no ocurre, con el mismo énfasis con el que se emplea para denunciar la actual situación que se vive en el Aaiún, que, desde luego, no es que no me importe..