En estos momentos, la población mundial es tres veces superior a la que había cuando yo empecé a trabajar. Y esa gente quiere un trabajo, una casa, comida, tiene unas necesidades que cubrir. Dentro de diez años, la situación será todavía peor. Hay que hacer algo ya. Nuestros nietos nos lo agradecerán. En mi opinión, el crecimiento descontrolado de la población es uno de los principales problemas que sufre el planeta. El exceso de población pone en riesgo la diversidad.
Lo dice en Público el naturalista David Attenborough -un tipo que me cae especialmente bien desde que vi su magnífico Trials of life (1990)- y es lo que yo siempre he pensado. Sólo que no creo que la superpoblación sea uno de los principales problemas que sufre el planeta, sino el principal y origen de casi todos ellos. Convendría que tuvieran más en cuenta este simplista planteamiento nuestros nefastos políticos, que o no lo afrontan como debieran o sencillamente lo ignoran, haciendo que la tarea de concienciación de Attenborough y de tantos otros resulte baldía. El asunto, aunque extensamente estudiado, no parece entrar en agendas en las que la población aparece conformada no por seres humanos, sino por consumidores, auténtico motor de un mundo capitalista siempre en camino de una degradación cada vez más asfixiante.
En fin, Sir David está hoy en Santiago de Compostela para recibir el premio Fonseca 2010 de divulgación científica. ¡Que lo disfrute! Se lo merece.
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