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Sin embargo, las afinidades acaban ahí. En el último mes he conocido, last but not least, a dos personas a las que parecía un estupendo locutor. Y hoy, en los foros congregados en torno a la noticia de su muerte, he visto a miles de personas manifestar su pesar y su reconocimiento por este entrañable personaje, showman ingenioso y notable comentarista deportivo. Es más, me importa un carajo lo que piensen otros. El tempo y la alegría con que impregnaba sus elocuciones hacían de cualquier partido horroroso poco menos que una fiesta. Para mí este Ron Damón semicubano es un episodio de mi vida.
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¿A ver quién va a llamar ahora a las cosas por su nombre? Aerolíneas Jordan, Wyatt Earp, Cocodrilo Dundee, el Cartero, el Ordenador, el Microondas, Cruela de Vil, el Almirante, Funkyman, Robin Hood, la Muralla china, la Pasión Turca, Chocolate Blanco...
¿Quién nos va a alertar de las asociaciones peligrosas? Los Carpantas, los Cómo me pica la nariz, los In the ghetto, los Chupa-chups, los Estopamix, los Gepetto brothers...
En fin, Mr. Catering, ET, Multiusos, Espartaco, la Intendencia, el Helicóptero, la Tanqueta, Mambrú, Mojo Picón o Ricky Business harán muy bien en pagarse una de pinchos de merluza en su nombre.
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