¡Señor, qué líderas!
Por fortuna,los líderos, escrupulosos defensores del santo principio de la igualdad, tampoco van muy a la zaga.
¡Señor, qué líderas!
ResponderEliminarPor fortuna,los líderos, escrupulosos defensores del santo principio de la igualdad, tampoco van muy a la zaga.
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