España, 30 de marzo de 2012. Los ministros Sáenz de Santamaría, Montoro y Soria comparecen cariacontecidos en rueda de
prensa para explicar los Presupuestos Generales del Estado, el mayor mazazo a las economías familiares que se recuerda. Frente a la tele, Genaro Risueño, Henry para los amigos, da cuenta de su
tercera lata de Cruzcampo despatarrado en el sofá.
Desde el principio, los tres
ministros coinciden en mostrarse, cada cual a su modo, como gente
magnífica: profesionalmente capaces, sensibles
pero seguros ante la desgracia ajena, y siempre mejores que cualesquiera otros. La ministra Soraya empieza acojonando a la nación (Estamos en una situación límite) y Montoro amenaza con durísimos ajustes. A su pesar, y siempre en el empeño de servir
a España, tendrán que reducir el presupuesto de los ministerios (17%), aunque, no cunda el pánico, no subirán el IVA, congelarán pe-ro-no-re-du-ci-rán el sueldo de los
funcionarios, actualizarán las pensiones más bajas, agilizarán las ayudas a Lorca e invertirán partidas de dinero en bancos de alimentos para los más necesitados. ¡Santa Madre
del Amor Hermoso! -brama Henry desde su asiento-, ¡Vuelve la caridad cristiana!
A continuación, la ministra, con gesto pesaroso, previene a sus paisanos de que no todo va a ser buenas noticias. Por desgracia, se han visto tran-si-to-ria-men-te obligados a recortar, entre otros muchos ámbitos, en políticas de empleo, en cooperación, en inmigración (de 67 mills. a 0), en desarrollo rural (200>28), en energías renovables (80>10 en vehículos eléctricos),
en educación, cultura y deportes (830 mills. menos), en acceso a la vivienda (322 menos) y hasta habrá copago judicial en 2ª instancia. Ser rico o pobre no será lo mismo ante la ley, sin embargo, vuelve a insistir, son medidas co-yun-tu-ra-les. Soraya, pinipón de acero, se lleva entonces la mano al pecho y, recordando que la gravedad de la situación hace buena cualquier medida que se tome, suelta la enésima: no habrá paz para los dependientes. De 28 mills. de euros se pasará a 0. Adiós, Ley de Dependencia.
Soraya, pinipón de acero |
Montoro, tinkigüinki letal |
Con cada vez más cara de tonto, observa Genaro de nuevo a sus viejos, con más de 80 años y una pensión de mierda después de trabajar toda la vida, convencido de que lo que están diciendo por la tele "esos pendejos" los hundirá aún más en su negro agujero. Los imagina en el supermercado, renqueantes, moviéndose torpemente con el carrito sin poder comprar casi de nada, salvo lo básico, y solo si es barato. Con un ataque de cuernos considerable, escucha ahora a Soria, la momia guanche: a los hachazos en sanidad y servicios sociales, se va a sumar la subida del gas (5%) y la electricidad (7%).
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